Psicoquinesis en la Rusia Soviética: Vida y Obra de Nina Kulagina

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La mujer que podía mover objetos

Ninel Sergeyevna Milhkailova nació el 30 de julio de 1926 en Leningrado (hoy, y antes de la fundación de la URSS, San Petesburgo). No se sabe mucho de su infancia, pero sí que durante la invasión de Alemania (en la Segunda Guerra Mundial) luchó desesperadamente como parte del escuadrón n° 71 de vehículos blindados contra los invasores en un Leningrado que se desangraba paso a paso. En 1944, cuando ya la situación estaba completamente a favor de los soviéticos, fue gravemente herida por las armas alemanas y tuvo que ser ingresada de urgencias; sin embargo, el incidente le valió una medalla al valor y su talento en el frente un ascenso a Sargento.

Terminada la Guerra, Nina Milkhailova conoció a Viktor Vasilievich Kulagin, ingeniero naval y miembro del Partido Comunista, de quien se enamoró y con quien se casó. De allí obtuvo su apellido, con el que luego se le conocería en el mundo de la parapsicología.

Fue su esposo el primero en percatarse de las habilidades de su mujer, aunque originalmente no le prestó mucha atención. Según Viktor, cuando ella se enfadaba y gesticulaba las cosas solían moverse de lugar. En ocasiones, incluso dañaba o rompía algunos objetos.

Pero no fue hasta que Nina terminó en el Hospital de Leningrado en 1963, por heridas relacionadas con la Guerra, cuando sus habilidades comenzaron a salir a la luz. En aquel hospital solía pasar el tiempo tejiendo, y según las enfermeras era capaz de seleccionar el carrete del color deseado en la bolsa sin necesidad de mirarla. Lo que comenzó como un corrillo de enfermeras se convertiría en algo mucho más importante con la llegada del Dr. Leonid Leonidovich Vasiliev.

Comienzan los experimentos

Vasiliev estaba interesado en la capacidad de percibir colores a partir del tacto, pero pronto se dio cuenta de que las habilidades de Nina superaban, por mucho, esta capacidad. La mujer comenzó a mostrarle después que era perfectamente capaz de mover objetos sin tocarlos y con el tiempo aprendió a hacerlo dentro de una caja de vidrio sellada.

Pese a ser un tanto escéptico con estas cosas, Vasiliev replicó el experimento en condiciones en las que, consideraba él, no podrían realizarse trucos, y de nuevo Nina mostró a la perfección sus habilidades. Así, se jugó el todo por el todo y la presentó ante la comunidad científica.

Fue entonces cuando se popularizó, al menos en círculos soviéticos, ya que según varios grupos realizó sus demostraciones en condiciones en las cuales era imposible realizar fraude alguno. De las tomas realizadas por los científicos soviéticos nos han quedado bastantes evidencias en las que se ve a Nina mostrando sus habilidades ante los atónitos ojos de los científicos.

De acuerdo con la mujer, el uso excesivo de sus habilidades le causaba dolor en su espina dorsal (a veces con muy alta intensidad) y visión borrosa por el ojo derecho, ya que para poder mover objetos sin tocarlos requería de una larga y consistente preparación mental.

El experimento más célebre

Según varios círculos científicos de Leningrado, el 10 de marzo de 1970 comenzaron varios experimentos en los que se buscaba determinar si las habilidades de Nina eran suficientes para afectar el corazón de un organismo vivo.  El experimento involucró un corazón de rana flotando en una solución salina, y el objetivo de Nina era hacer que su corazón latiera más rápido o más lento de acuerdo con las órdenes de los examinadores.

Según se dice, fue todo un éxito: el corazón, que comenzó con un latido normal, aceleró conforme a las indicaciones de los investigadores, luego se redujo y finalmente se detuvo del todo. Un experimento semejante se realizó poco tiempo después en un voluntario, pero como es lógico se detuvo antes de que la persona pudiera, en verdad, sufrir un infarto. En cualquier caso, ambos experimentos parecían demostrar la capacidad de Nina para usar sus habilidades incluso en otra persona.

Otros experimentos

Previo a esto, se habían realizado bastantes experimentos en el Instituto de Mecánica de Precisión y Óptica de Leningrado en los que demostró su capacidad no sólo para mover objetos, sino para desviar la trayectoria de un rayo láser, separar la clara de la yema de un huevo en una solución y generar quemaduras con el solo contacto de sus manos.

A lo largo de los 60’s y 70’s se realizaron experimentos con cierta regularidad, los cuales solo cesarían para 1984 después de una temporada particularmente prolífica en Moscú.

Acusaciones de fraude

Como siempre, muchas personas consideran que las habilidades de Nina Kulagina eran poco más que un truco destinado a engañar a los crédulos. Como prueba, muchas veces insisten en su “tiempo de preparación” (que podría haberse usado para organizar el truco) y en los muchos videos que hay de ella trabajando en un cuarto de hotel (lugar idóneo para colocar trampas). Sin embargo, los experimentos en un cuarto de hotel parecen haber sido exclusivos de los primeros tiempos y de la visita del Dr. Herbert Benson (de los Estados Unidos) a quien no se le permitió usar el laboratorio oficial.

Si existió un fraude, fue con el beneplácito de los científicos soviéticos… algo que podría tener sentido dado el carácter bélico y competitivo de la Guerra Fría, pero que difícilmente podría sostenerse por mucho tiempo a menos que fueran pocos – y muy leales – los implicados. En la actualidad no se conocen acusaciones de estas personas.

Personalmente, he de admitir que de todos los casos de psicoquinesia que he visto, este parece ser el más legítimo. Es una lástima que Nina muriera en 1990, pues ya no podremos ser testigos de sus habilidades y, de ser estas legítimas, entender de dónde provienen.

Fuente de imágenes: 1: tritontv.com, 2: coolinterestingstuff.com, 3: youtube.com
Fuente: elpensante.com

El mundo detrás de lo visible: el Plano Astral y los Registros Akásicos

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El mundo espiritual

Gran diversidad de creencias, que seguramente incluyen a prácticamente todas las religiones de la Historia, consideran que el mundo es más de lo que vemos. Que la realidad material a la que estamos atados no es sino un reflejo de nuestras propias limitaciones, las cuales podemos o estamos destinados a romper. Ya sea en forma de la iluminación buscada por el budismo, de la muerte designada por Dios y que lleva a su compañía en el cristianismo o islamismo, o de la comunicación con los antepasados y el viaje a realidades alternas en muchos tipos de chamanismo, siempre la humanidad considera que hay un “más allá” y busca de manera incesante contacto con él.

Este mundo espiritual, según algunas creencias de la teosofía y la antroposofía, estaría constituido no poder entidades divinas equivalentes de alguna manera al hombre (como suele representarse a las deidades) sino por información. Información sobre el universo que nos rodea, sobre los entes espirituales que nos componen, sobre todo aquello que necesitamos para alcanzar el verdadero conocimiento.

Se encuentran allí los Registros Akásicos.

Registros Akásicos

Se conoce como Registros Akásicos a un compendio de conocimientos profundos sobre el Universo que incluyen todo lo que ha sido, todo lo que es y todo lo que podría ser. Estos registros se encuentran en un plano no material de existencia conocido como el “Plano Astral” al que en teoría todos los seres humanos tenemos acceso, pero que solo unos poco privilegiados habrían visitado.

Fueron investigaciones del siglo XIX las que llevaron a la  postulación de estos registros como un conocimiento que habrían compartido innumerables culturas ancestrales incluyendo los druidas, los sumerios, los egipcios, los incas y los tibetanos entre muchas otras culturas. De acuerdo con varias fuentes, incluso en la Biblia aparecería registro de esta información en forma del llamado “Libro de la Vida”.

Pero, ¿qué son exactamente los Registros Akásicos? ¿Qué los compone?

El Plano Astral y la información del Universo

Estamos hechos de información. Incluso en el plano material, nuestro ADN no es más que un compendio de información genética destinada a constituir nuestros cuerpos y nuestra realidad física.

El Plano Astral, constituido en el “éter” (algo así como un vacío en el que algo existe), no es más que los rezagos de cada acción de cada ser espiritual en el mundo, restos que dejan una resonancia que otro ser puede leer… si se ubica en el plano adecuado. Dentro de estas “tablillas indestructibles”, entonces, estaría escrita la historia del mundo.

Pero uno no puede acceder a este conocimiento con fines meramente educativos, no digamos con objetivos maliciosos. Es necesario estar en tranquilidad y buscar allí con el propósito de conocerse: la información del mismo ser, por lo general, será la primera en salir a la superficie.

De acuerdo con quienes han visitado este territorio, es también fundamental llevar de antemano la aceptación: muchos se encuentran con hechos de sus vidas pasadas que resultan duros, y si no están en capacidad de aceptarlos e interiorizarlos de antemano no serán revelados ante ellos.

Acceder a la información propia, según dicen, es relativamente sencillo y no requiere más que una “intuición bien desarrollada”.  La meditación, la capacidad de mantener la mente en blanco, es fundamental, pues solo cuando estamos en paz podemos recibir las tenues señales del universo. Además de estas cosas, las motivaciones para acceder son la llave de la sabiduría: quien ingrese con un motivo que no sea el autoconocimiento y la comprensión no obtendrá nada.

Revisar los registros universales resulta, según parece, más complejo: solo los ya iniciados en sus propias escrituras pueden aprender a hacerlo. En el mismo proceso se encuentra el secreto, que nadie parece querer revelar.

Fuente: elpensante.com